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¿Y la salud mental en prisión? Las mujeres LBT privadas de la libertad también existen, sienten y resisten
27 Jul 2025
La salud mental de las mujeres privadas de la libertad no es un tema menor para Bogotá. Mucho menos cuando se trata de mujeres lesbianas, bisexuales y trans, quienes enfrentan múltiples violencias a lo largo de sus vidas, antes, durante y después del encierro. Muchas llegan tras experiencias marcadas por el rechazo familiar, la pobreza, las violencias o la exclusión institucional. En la prisión, el daño se profundiza; la ansiedad, la culpa y la tristeza se vuelven parte del día a día. Según la Ley 2292 de 2023, el 80 % de las mujeres privadas de la libertad en Colombia están allí por razones asociadas a la pobreza y la vulnerabilidad social.
Desde la Secretaría Distrital de la Mujer hemos estado con ellas. Durante este año, hemos acompañado a 136 mujeres privadas de la libertad, con atención psicoemocional con el equipo de la Dirección de Enfoque Diferencial. En lo que va de 2025, hemos llegado a los centros penitenciarios de El Buen Pastor, La Picota y la Cárcel Distrital. En julio, reforzamos la presencia institucional priorizando a mujeres LBT, con jornadas de conexión emocional que permitieron poner en palabras sus historias, resignificar el dolor y afirmar sus identidades a través de la música, la escritura y la escucha activa.
Estas acciones hacen parte de la Estrategia de Generación y Fortalecimiento de Capacidades Psicoemocionales, que busca brindar a las mujeres herramientas para cuidar su salud mental y reconstruirse en medio de contextos complejos. En las cárceles, esta apuesta se concreta con la Escuela Amarte, una estrategia pedagógica y emocional que, desde un enfoque diferencial, ofrece procesos continuos de acompañamiento profesional, centrados en el autocuidado, la resiliencia y el reconocimiento de las trayectorias individuales.
“La salud mental es un derecho que se debe garantizar, incluso en los contextos más adversos. Las mujeres privadas de la libertad también merecen sanar, reconstruirse y ser acompañadas”, afirmó Lina Lozano Ruiz, directora de Enfoque Diferencial de la SDMujer.
Durante el me d agosto, seguiremos trabajando en la Cárcel Distrital con actividades grupales de conexión emocional. En lo corrido del año, hemos acompañado a 52 mujeres en El Buen Pastor y La Picota, y a 84 en la Cárcel Distrital. Además, el pasado 14 de julio iniciamos un nuevo proceso de autonomía económica con mujeres privadas de la libertad, en articulación con la Cámara de Comercio de Bogotá. Una muestra más de que sanar, proyectar la vida y construir futuro es posible, incluso tras los muros.
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