Centros de Inclusión Digital: tecnología, derechos y prevención de violencias para las mujeres en Bogotá

Los Centros de Inclusión Digital (CID) de la Secretaría Distrital de la Mujer no solo ofrecen formación en habilidades tecnológicas a través de su oferta de formación. También se han convertido en espacios de empoderamiento, sensibilización y defensa de los derechos de las mujeres en Bogotá.

Tecnología como herramienta de empoderamiento y prevención

En cada proceso formativo de los CID, ya sea en el curso de Habilidades Digitales para la Autonomía de las Mujeres o en el de Prevención de Violencias Digitales, las participantes adquieren conocimientos que van más allá del simple manejo de un teléfono móvil o un computador.

En el desarrollo de los contenidos de los cursos se abordan temas cruciales como la protección de datos personales, la prevención del ciberacoso y la identificación de formas de violencia digital, como el acceso no autorizado a cuentas o la exposición de información privada.

“La experiencia nos demuestra que, cuando una mujer domina el uso de tecnologías, tiene menos probabilidades de ser víctima de violencias económicas o digitales. Manejar su billetera virtual o realizar trámites en línea sin depender de terceros no solo facilita su vida diaria, sino que también fortalece su autonomía financiera, reduciendo situaciones de vulnerabilidad. Las participantes aprenden a proteger sus cuentas y dispositivos, lo que disminuye los riesgos de ser controladas o monitoreadas por parejas o exparejas”, afirma Marcela Díaz Pérez, coordinadora de los CID.

Menos estereotipos y más autonomía

Durante los encuentros en los cursos, muchas mujeres comparten experiencias que reflejan cómo la falta de acceso a la tecnología ha sido una barrera para su independencia. Frases como: “En mi casa no puedo usar el computador porque mis hijos dicen que lo puedo dañar” o “Mi esposo no quería que hiciera el curso porque dice que me lleno de mañas”, evidencian los obstáculos que enfrentan debido a estereotipos de género y a una cultura machista que, en muchos casos, ha limitado sus oportunidades de aprendizaje.

En los CID, las participantes no solo aprenden a manejar herramientas digitales, sino que promueven un cambio en la percepción que las mujeres tienen de sí mismas. En estos espacios se fomenta la idea de que son capaces de aprender y que son valiosas, independientemente de su edad o nivel educativo. Al entender sus derechos y reconocer que las violencias no son normales ni justificables, las mujeres empiezan a cuestionar y desafiar las dinámicas que las han oprimido.

En los cursos, las participantes reciben información sobre rutas de atención y orientación en casos de violencia. Aprenden a identificar comportamientos abusivos, tanto en el mundo digital como en su vida cotidiana. Las historias de mujeres que descubrieron que sus exparejas las rastreaban a través de sus cuentas o correos electrónicos son un claro ejemplo de cómo el acceso a la tecnología y la información puede ser crucial para su protección. Como una participante expresó: “No sabía por qué mi ex pareja aparecía en los lugares donde yo estaba, y luego supe que tenía acceso a mi correo y ubicación”.

Un cambio que impacta vidas

Los CID se han convertido en espacios de transformación. Más allá de la formación técnica, las mujeres encuentran un entorno donde sus voces son escuchadas y validadas. Allí reconocen que no están solas, crean redes de apoyo y descubren nuevas formas de relacionarse con la tecnología y con sus derechos. Una participante lo resumió así: “Gracias por la creación de estos cursos que nos incluyen, nos hacen bien, libres, independientes y autónomas”.

La Secretaría Distrital de la Mujer reafirma su compromiso con la prevención de las violencias y la promoción de la autonomía. Los CID no solo cierran la brecha digital de género, sino que también contribuyen a la construcción de una Bogotá donde las mujeres puedan vivir libres de violencias, con herramientas para tomar sus propias decisiones y transformar sus vidas.